La mamá de Alejandro Romano Reyes (23 años), es una psicóloga que pinta para sacudirse las emociones de su profesión; su papá es un ingeniero en Comunicaciones, ambos en la Riviera Maya, muy cerca de Cancún. Diego Armando Pulido Ramos (26 años) de plano quiere ser astronauta y le emociona mucho haber platicado unos minutos con Rodolfo Neri Vela, quien le autografió su libro ’La exploración del universo’ y le animó a continuar su lucha por cumplir sus sueños.
Ambos jóvenes tienen el común denominador de haber sido seleccionados por la NASA, con otros 58 muchachos y muchachas del mundo, para un programa de altos vuelos, y de ser estudiantes de Ingeniería Mecatrónica en el Instituto Tecnológico de Cancún y, por eso mismo, alistan maletas para estar del 14 al 20 de noviembre en el complejo que la NASA tiene en Huntsville, Alabama, atendiendo así a una convocatoria de la histórica Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos.
La NASA justifica así su decisión de atraer a los jóvenes: ’Hace unos años nos dimos cuenta que los jóvenes necesitaban ver que la ciencia y el espacio no eran solo para películas, y que ser astronauta no debería ser un sueño que pierdes al crecer. En AEXA (una empresa asociada de proyectos espaciales y de defensa) nunca renunciamos a ese sueño, y en 2013 creamos el IASP (International Air and Space Program, Programa Internacional Aéreo y Espacial), y hoy cientos de estudiantes de todo el mundo han encontrado a través de nuestro programa oportunidades para acercarse a sus sueños’.
Alejandro Romano Reyes, nacido en Puebla el 17 de mayo de 1998, crecido en la ciudad de México, actualmente residente en Playa del Carmen, Quintana Roo, considera que “hay que despertar la chispa de la curiosidad por la ciencia”. Y narra sus afanes:
El año pasado conocí la historia de Jonathan Cristian Sánchez (el joven de la foto de arriba), un chico conocido como “Mexicano espacial”. Me motivó muchísimo su historia. Al final somos jóvenes que logramos hacer cosas. Estuve buscándolo. Lo contacté. Le mandaba mensajes para que me ayudara a acercarme este tipo de propuestas.
Así llegó el momento en que llené un formulario. Se me pidió una propuesta a ser evaluada y para que me dijeran si me aceptaban o no en el programa. La propuesta que mandé fue hacer un microsatélite, enfocada esta propuesta a acercar a los jóvenes a toda esta parte de los satélites.
La propuesta mandada fue evaluada. Luego me llegó el correo de aceptación. ¡Había sido aceptado yo en el programa! Fueron momentos de que no me la creía, no sabía cómo actuar en ese momento, y una vez que desperté, ¡a trabajar!, a seguir adelante.
Una de mis grandes pasiones es la música. Lo que hice fue tomar mi guitarra y salir a tocar para conseguir un poquito de dinero. Con la guitarra comencé en secundaria. Un conocido me enseñó. Yo tenía una guitarra chiquitita que me habían regalado de niño. Con ella practicaba. Mi mamá, María Dolores Reyes Colín, tenía una guitarra grande grande colgada hasta arriba… y nunca me la prestaba.
Yo practicando, practicando, practicando… hasta que un día mi mamá me dio la guitarra. Y con esa seguí yo la práctica. Soy como el más musical de la familia. Mi hermana, Vanya Alejandra Romano Reyes, es la de las artes. Luego le enseñé a tocar el bajo. Estuve participando en una orquesta juvenil en Playa del Carmen, la Orquesta Xaman Ha. Tuve algunas presentaciones en el Teatro de la Ciudad. Estuve tocando el teclado y cantando.
Desde muy pequeño he tenido alma de ingeniero. Me gustaba desarmar juguetes para ver qué había adentro. Mi inspiración ha sido mi papá, Cutberto Feliciano Romano Vega, ingeniero en Comunicaciones. Siempre ha estado a lado de mí. Me ha estado enseñando.
Además, ayudo a un mago, y no nada más en generar la magia que estamos viendo aquí, sino que, además, con mi ingeniería, con mis conocimientos de ingeniería. Por las tardes estoy con este mago para generar ingresos y lograr este gran sueño.
Después, mi familia me empezó a apoyar mucho. Mi hermana es diseñadora gráfica y me comentó que podríamos hacer unas libretas.
Ahora fue de la parte de aprender a hacer las libretas. Son libretas cosidas a mano. Yo hago las libretas; son libretas personalizadas; ponemos una fotografía que gusten. De igual forma, a mi mamá le gusta mucho pintar. Ella es psicóloga, y como un psicólogo absorbe todas las malas vibras que trae la persona. Busca la forma de cómo expresarlo, de cómo sacarlo a través de la pintura. Ha hecho varios cuadros y ha estado en busca de poder venderlos para ayudarme.
El programa de la NASA se va a realizar del 14 al 20 de noviembre. Me informaron que tenía que cubrir el costo de 3,500 dólares del programa dos meses antes, en septiembre. A parte, debo conseguir el transporte, la comida, estadía. Entonces, estoy en busca de cinco mil dólares (unos 100 mil pesos mexicanos).
Antes, como parte del programa, vamos a estar recibiendo capacitaciones de expertos de NASA y todo esto, en una plataforma que se llama basecam; ahí están subiendo la información y vamos a estar recibiendo la capacitación de aquí a noviembre.
Tengo entendido, o creo, que de ahí va a ser como el enfoque a lo que vamos a tener que realizar. Este programa tiene la finalidad de ayudar a los jóvenes y apoyarlos en la resolución de problemáticas que se puedan presentar en una misión. En cada número de programa es diferente la problemática.
Vamos a ir enfocados, nos van a preparar y vamos a tener que resolver esa problemática. Según me informaron, el equipo que desarrolle mejor el proyecto, que dé la mejor solución a la problemática que se le va a presentar, el ganador tendrá el privilegio de estar en la Estación Espacial Internacional.
Ojalá los jóvenes se acerquen más a la ciencia y la tecnología. Creo que la ciencia está en peligro. Mucha gente está perdiendo el interés. Por ello, siempre es bueno despertar la curiosidad, despertar esa chispa. Yo creo que se puede despertar. Si es tu pasión, puedes hacer que la gente se apasione por tu pasión. Si no tienes pasión por lo que haces no podrás despertar la pasión de la gente.
Mi nombre es Diego Armando Pulido Ramos. Nací el 18 de marzo de 1995. Soy estudiante de la carrera de Ingeniería Mecatrónica en el Instituto Tecnológico de Cancún.
Siendo alumno de otra escuela en la ciudad de México me enteré del programa de la NASA. Un exalumno me contactó para informarme de dicho programa. Él sabía que desde 2014, durante una conferencia con el doctor Rodolfo Neri Vela, tuve oportunidad de platicar cinco minutos con el científico, aunado a que regaló libros.
El sólo hecho de esperar para platicar cinco minutos me dio oportunidad de tomarme unas fotos con él. Además, me obsequió, autografiado, su libro “La exploración del universo”. Es uno de los tesoros que tengo. Fue una experiencia muy gratificante.
Uno de los compañeros de la escuela me dijo: “Veo que te gusta todo ese asunto del espacio, de los astronautas. Fíjate que hay un programa de la NASA que se llama IASP”. Mandé mi documentación con la esperanza de ser aceptado en la edición 2021.
En ese programa de la NASA lo que yo presento es un sistema robótico que incluye telemetría, telemática y un poco de inteligencia artificial. Desde la secundaria, y a lo largo de toda mi trayectoria, he tenido muy buenos profesores.
Uno de ellos es Mauricio Nava. Me incentivó a investigar, leer revistas sobre el tema. Gracias a él me nació el gusto por la astronomía. Cuando se da el programa de la NASA le informo que fui aceptado.
Me puso a estudiar con mayor intensidad cuestiones del espacio, robótica de 2020 a través de plataformas como Coursera, Edex, Udemy. Ya acumulo unos 40 cursos. Cada curso tiene un promedio de cuatro semanas.
Con este proyecto de robótica e inteligencia artificial, telemática y telemetría es con lo que quiero apoyar a los astronautas. En el curso de Coursera vi Biomedicina, donde aprendí a desarrollar un sistema EMG, de electromiografía. Mide los pulsos de las células nerviosas en los músculos.
Lo quiero combinar para que, si el astronauta está tenso, reciba un mensaje en su sistema de comunicación con recomendaciones para escuchar canciones relajantes o sonidos que le ayuden a disminuir esa tensión.
Este año fue la segunda vez que concursé en la FEI, que es el concurso de Ciencias Básicas. La primera vez fue en Querétaro en abril de 2019. Logramos una participación destacada. Ahora, en mayo, fue en la Facultad de Ingeniería Mecánica (FIME) de la Universidad de Nuevo León. Nos fue más o menos. Seguiremos preparándonos para obtener mejores resultados.
El tema de los recursos es importante, porque se requiere como cien mil pesos para financiar este sueño. Mis documentos están en orden, pasaporte y visa.
Además, debo de comentar que en 2016 recibí una beca de tres meses para una estadía de un invierno en la Universidad Técnica de Berlín. Fui a estudiar Programación Avanzada e Inteligencia Artificial, con el fin de complementar mis estudios de Mecatrónica.
En Alemania tuve un mayor involucramiento con el movimiento STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics, ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), que da sus primeros pasos en México. Es la educación del futuro.
A los alemanes les informé que en Cancún, además de turismo, sol y playas, también hay talento. El talento de sus jóvenes. Considero que en México hace falta enfocarse en los talentos para desarrollarlos, para que ya no se sigan presentando casos de fugas de cerebros. Estamos rezagaditos en nuestro país, pero vamos por buen camino para que ya no suceda.
¿Qué espero del programa de la NASA? Mi sueño es ser astronauta, pero si no se pudiera por equis o ye razón, sabemos que el proceso para ser astronauta es muy riguroso, tengo otros planes. Como dato curioso, el doctor Enrique Fernández Fassnacht, director general del Tecnológico Nacional de México, fue uno de los cinco finalistas en la época en que fue seleccionado el doctor Neri Vela.
Me gustaría ser astronauta y quisiera replicar lo que hizo el doctor Neri con el Satélite Morelos, pero con tecnología de este siglo.
La vocación, de chiquito siempre fui inquieto. Me ha gustado desarmar cosas, para ver qué tienen adentro. Mi mamá se llama Rosa María Ramos, oriunda de la ciudad de México, igual que mi papá, Vicente Pulido Soto. Los dos siempre me han estado apoyando.
Las caricaturas robóticas siempre me han inspirado hacia la robótica, la mecatrónica. Mi novia se llama Verónica Andrea Gómez Vallejo. Ella está en Michoacán. La conozco desde hace cuatro años. Me ha apoyado para seguir adelante. Ella es feliz viéndome tomar cursos. Apoya todas mis decisiones para salir adelante en mis proyectos.
Alejandro Romano Reyes y Diego Armando Pulido Ramos hace algunos meses tuvieron la oportunidad de participar en una convocatoria lanzada por una empresa. Esa convocatoria abre la posibilidad a los jóvenes estudiantes de México y del mundo de ir a la NASA a compartir sus conocimientos con estudiantes de diferentes instituciones e implementar un proyecto, de tal suerte que tengan ellos esta experiencia.
Alejandro y Diego Armando han sido seleccionados con otros 58 estudiantes de todo el mundo. Van a la NASA en noviembre a compartir su experiencia. Estarán desarrollando un proyecto, un reto que se les plantea. Estarán integrándose a un equipo estudiantil cuyos resultados estarán siendo evaluados por un grupo selecto de la NASA.
¿Qué es lo que estamos haciendo desde la Dirección? Primero, felicitarlos por esta iniciativa. Esta es una iniciativa personal; es decir, cualquiera de nuestros jóvenes tiene la posibilidad de participar en este proyecto.
Como Instituto Tecnológico estamos viendo, aquí con nuestra presidenta de la Sociedad de Alumnos, Agustina González Ramírez, que más de nuestros jóvenes participen en el futuro.
Creemos que Alejandro y Diego Armando son hoy por hoy punta de lanza en esta oportunidad; que son ejemplo que anime a otros jóvenes a participar en estos proyectos, de forma tal que más adelante no nada más dos de nuestra institución sean quienes vayan a la NASA.
Asimismo, visualizamos que la oportunidad que representa estar en estos espacios abre la posibilidad de que otras instituciones los vean y puedan así continuar con estudios de posgrado, como ya ha sucedido en hechos concretos, en el sentido de que otras instituciones llegan a ofrecerles becas para realizar dichos estudios.
Por otro lado, el Tecnológico de Cancún, además de ser gestor en este momento en la búsqueda de los apoyos económicos que los muchachos están requiriendo, contribuye también en el trabajo que tienen que hacer en la institución.
Por ejemplo, Alejandro tiene que desarrollar su residencia profesional, su proyecto de titulación, pues ya está por egresar. Imagínense, un proyecto de residencia de este tipo será también un proyecto punta de lanza para el Tecnológico.
Entonces, de manera académica, estamos considerando la forma de reconocer este proyecto como un proyecto de residencia que hará la integración que nosotros buscamos que sea de manera oficial, para que este sea también su proyecto residente, de tal suerte que en el camino que también él tenga, esos resultados le abran aquí la posibilidad de lograr su titulación integral.
Estamos seguros de que van a lograr sus propósitos gracias a su determinación, con el respaldo de su familia y el de nosotros.